¿Cómo funcionan los frenos de disco del coche?
Hoy en día el sistema de frenado de nuestro vehículo es fundamental y clave para circular con seguridad. Los vehículos según avanza la tecnología y mecánica se han ido perfeccionando mejorando prestaciones, y entre las más importantes está el sistema de frenado. Pero dentro de los sistemas de frenado, ¿cómo funcionan los frenos de disco?
Los frenos más comunes hoy en día son los frenos de disco, ya que se trata de un sistema de mayor eficacia. Antiguamente se utilizaban los frenos de tambor montándose tanto en las ruedas traseras como delanteras, pero que se han ido dejando de lado por su menor eficacia hasta desaparecer. Aunque ambos se basan en la fricción generada por el contacto opuesto de dos superficies, cada mecanismo tiene un sistema diferente.
Cómo funcionan los frenos de disco
Cuando pisamos el pedal del freno, la bomba hidráulica se activa, llevando el líquido de frenos a la pinza de freno. La presión del líquido de frenos hace que el pistón empuje la pastilla. El revestimiento de fricción roza el disco de freno, donde la energía cinética se convierte en calor disipado, por lo que todo el vehículo se ralentiza gradualmente. Con el tiempo, los frenos se desgastarán gradualmente, según el tipo de automóvil y el estilo de conducción.
Al reemplazar el disco de freno, las pastillas de freno también deben reemplazarse porque tienen el mismo grado de desgaste. Los componentes del sistema de frenado deben ser sustituidos por ejes, solo así se podrán frenar uniformemente las dos ruedas del mismo eje y se podrá garantizar la estabilidad del vehículo. Los diversos elementos del sistema de frenado están relacionados entre sí. Recuerde que el disco no solo se desgastará debido al efecto de la almohadilla, sino que también se deteriorará debido al sobrecalentamiento y otras razones cuando se doble.
Si nota una fuerte vibración en la dirección durante el frenado, puede ser el momento de reemplazar el disco de freno. El número exacto (en kilómetros) para la sustitución de pastillas de freno o discos de freno puede variar porque depende mucho del vehículo y de cómo lo utilicemos siendo conductor. Se recomienda comprobar el desgaste del disco y las pastillas de freno cada 20.000 kilómetros.
Si notas que tu vehículo frena poco puede deberse a:
- Queda poco líquido de frenos.
- Las pastillas están gastadas (escuchará un chirrido).
- El disco está gastado.
- En caso de sentir que los frenos están más duros, puede haber un problema con el servofreno.
- Si el coche frena mal y pierde liquido de freno, la bomba puede estar en malas condiciones.
- En caso de que el coche tienda a inclinarse al frenar, compruebe la presión, el desgaste y la alineación de los neumáticos. Si estas condiciones siguen siendo buenas, es posible que las pastillas de freno no estén asentadas correctamente o que el ajuste de los frenos sea desigual.
- Si el pedal del freno está blando, es posible que haya entrado aire en el circuito o que el líquido de frenos sea insuficiente.
Para tener un coche en perfectas condiciones y evitar futuras averias o sobrecostes de reparación revisa en este otro artículo cómo tiene que ser el mantenimiento del coche en invierno.