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Averías más habituales de un coche de gasolina

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¿Cuáles son las averías más habituales de un coche gasolina?

Hay ciertas averías de un coche de gasolina que son diferentes a las averías de un coche de gasoil. Y es que los motores, los componentes y su funcionamiento son distintos. Seguir el plan de mantenimiento de nuestro vehículo nos hará detectar posibles averías en la fase inicial o evitarlas por completo.

Os mostramos en este breve artículo algunas de las averías más comunes de un coche de gasolina:

1. Avería de la centralita

En los coches más modernos, uno de los fallos más habituales son los problemas con la centralita. La centralita es la base desde donde se gestiona y alimenta todo aquello que tenga que ver con el funcionamiento eléctrico del motor, tales como la inyección o el encendido del propio coche.

La centralita en teoría está diseñada para durar la vida útil del coche. Normalmente ante una avería sólo habría que reprogramarla, pero en algunos casos es necesario sustituirla, lo que conlleva un considerable incremento del presupuesto.

2. Avería del catalizador

El catalizador es un dispositivo que forma parte del sistema de escape del vehículo y su principal función es la de reducir la contaminación producida al expulsar los gases de escape al exterior. De esta manera se disminuye la repercusión ambiental de las emisiones contaminantes producidas por los vehículos a motor.

Conducir regularmente a bajas vueltas y en trayectos cortos puede hacer que el catalizador se sature. Por ejemplo, si el coche se usa mucho por ciudad y no se hacen trayectos a velocidades más altas, este problema podría aparecer y generar algunos fallos de rendimiento en el motor. Este problema también se puede dar si la bujía está en mal estado. Sin embargo, cambiar una bujía siempre será más barato que sustituir o arreglar el catalizador.

3. Avería de los inyectores

Estos se encargan de enviar la cantidad necesaria de combustible según lo requiera el motor. Habitualmente cuando un inyector se avería lo hace de manera individual aunque no es extraño, dependiendo del problema que haya provocado la avería, que se origine un fallo progresivo o común en varios inyectores del automóvil. El caso más habitual de fallo es el desgaste u obstrucción de dichos mecanismos.

Se puede detectar una avería en los inyectores cuando hay un descenso en la potencia del motor, quedando la velocidad máxima limitada, a la vez que se aumenta el consumo habitual de gasolina del coche.


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